Abróchense los cinturones.

Ahora si comienza la verdadera sucesión del poder en la Ciudad de México. De manera tersa, las izquierdas organizan la candidatura, Marcelo influye en su sucesor y AMLOVE le dará su bendición. A diferencia del PRI y el PAN que están muy escasos de figuras, las izquierdas lanzan a gallos y gallinas sin ton ni son. Pero no se hagan bolas, por ahora sólo hay dos suspirantes con posibilidades y un chorro de bateadores emergentes, por si se ofrece. 

Según mis poderes sobrenaturales y mis amplios conocimientos en ciencias ocultas, sólo veo dos contendientes, uno de ellos aparentemente débil que no ostenta militancia alguna y que en ello reside su fortaleza ante el electorado. El ahora ex-Procurador lanza su anzuelo para ver si la pesca es buena, con el reconocimiento de que hoy por hoy la peligrosa jungla chilanga es el lugar más seguro de la república. La otra carta fuerte viene de una carrera sindicalista exitosa y de un destacado papel en el la Asamblea, con abuso del photoshop en revistas para caballeros, se presenta jovial una chica común y corriente que pasó de servir café en los pasillos de un avión a las altas esferas de la grilla citadina.

Los demás Navarretes, Batres y Noroñas presentan experiencia, sí, pero tal vez la ciudadanía los identifica como políticos acartonados. Y ya no estamos para que leyendas como Porfirio nos vengan a redimir, ya no sería tan desesperada la cosa, mejor lo guardamos para otros menesteres.

Me juego el pellejo por los dos que mencioné al principio, creo que ahí es donde está el futuro gobernante de la Ciudad, si no hubiere otra sorpresa (De La Fuente, por ejemplo). Por supuesto que se vale apostar en contra. Si pierdo pago, faltaba más.

Abróchense sus cinturones, que este avión está a punto de despegar.