De Judea ...

Y sí, de repente me doy unas escapadas a la historia del Nazareno, un judío no muy a gusto con las condiciones de la autoridad en ese tiempo. Fue culpado por autoridades sometidas a su vez por otro imperio. Claro que no faltó el romano que mejor se lavó las manos. No se sabía a ciencia cierta porque había sido culpado. Bueno, él en buena onda decía que cargaba con las culpas de media humanidad. Lo primero que se le ocurrió fue un llamado a la ortodoxia cuando expulsó a los fariseos del templo. Bueno no pudo expulsar a todos, muchos aún siguen ahí.

Dice Sabina que La Magdalena tuvo amoríos con el judío rebelde, pero que nunca le cobró favor alguno. Esta chica que es discriminada de la historia oficial era más que una buena samaritana, tal vez era el santo grial o el código Da Vinci. Pero a los sucesores de Pedro se les ocurrió que el santo oficio era sólo para hombres y que las mujeres sólo podían preparar rompope y galletitas. Y dos mil años después la mujer es vista en la religión católica como un receptáculo de la semilla del hombre, pero hasta ahí. La única e inmaculada pasó a segundo término por obra y gracia una entelequia a la que se llamo el Espíritu Santo.

Me imagino a Jesús caminando la legua con todo tipo de seguidores, unos lerdos, otros brillantes. Revelando los misterios de la vida, del cielo y de la tierra. Bueno, todavía no se sabía que la tierra era redonda, pero esa es otra historia. Sabemos ahora y porque no se lo dijeron a él, que nadie es profeta en su tierra. Y entonces, me imagino, vino uno de sus pupilos y le increpó: Maestro, ¿Por qué es pecado trabajar en pleno sábado, olvidando las enseñanzas que nos dio Moisés?. Jesús se quitó la sandalia izquierda y la puso sobre la mesa, diciendo: El pecado es el olvido. El pecado es la traición.

No, sí de que era sabio, lo era, no en balde se hizo el desaparecido y cruzó el desierto buscando la verdad en el oriente. Y siguió buscando la verdad y todavía en la cruz dijo, palabras más, palabras menos: Padre ¿Por qué me has abandonado? Bueno, este amigo no sólo tenía vocación para el rompimiento generacional, su buen tino le dio la fama de ser un verdadero subversivo. Ahí se van en la locura el nazareno y el Che Guevara, uno con la palabra y otro con la metralla, poniendo ambos el pecho para las armas enemigas.

De la vida del Cristo se han hecho pingues negocios a través de los años, acomodando los libros escritos por sus más cercanos seguidores de tal manera que se asemejan esos evangelios a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, que por lo menos se puede decir que está irreconocible que si no mancillada. Tanta regazón de sangre en la cruzadas y en la conquista de América, ejemplos contrarios a la máxima mínima de "amad los unos a los otros". Ya ni la chingan! Y están los católicos y dentro de ellos hay cabida, como carajos no, lo mismo para legionarios pederastas que para humildes carmelitas descalzos. Otros cristianos se dicen protestantes, otros ortodoxos y háganme el favor hasta iglesia de la luz del mundo o los santos de los último días que caray. Todos haciendo usufructo de la imagen de Jesús. Todos en apurado negocio de la salvación de almas y la recolección de diezmos. ¿Y el pago de regalías a los hijos de Nazareth? Para nada, todo es como copias pirata en tianguis de la Gustavo A. Madero.

Ahí los dejo con estas sesudas reflexiones, a propósito de la semana santa que por razones agustinas un año se celebra en marzo y el otro en abril. Y que decir de aquella bella estampa que se reproduce en Iztapalapa de fervorosa tradición. Y como dice aquella frase: "La Verdad Nos Hará Libres", hay que seguir persiguiendo a la canija verdad hasta que la alcancemos...

Miranda Lambert en lo mejor de la esencia gringa, gringa, gringa ...