A la Gringa

En primera instancia se podría decir que estamos embarcados en el juego político de los partidos en el poder (PAN, PRI, PRD) y de sus franquicias satelitales. Lo que muchos llaman a estas alturas la partidocracia. Entonces, ¿Cómo romper el círculo vicioso? La propuesta es sencilla y a la vez poderosa: las candidaturas independientes. No obstante no se sabe a ciencia cierta si existen las condiciones para el desarrollo de dichas candidaturas. ¿Por qué?

Bueno, imagínense a un ciudadano común y corriente queriendo entrar al quite electoral. O lo más probable, imaginar a los poderes fácticos disfrazando a sus peones con una barnizada de ciudadanización. De por sí ya existe la bancada de las televisoras que abiertamente trabajan el lobbing político en la cámaras. O peor aún, revisar el escenario donde un ciudadano quimicamente puro llega a un cargo público donde su falta de malicia o su falta de oficio en los andamios del poder, lo lleve directo y sin escalas al fracaso. Menudo lío.

Y entonces, regresamos al mismo punto. ¿Cómo hacer en términos prácticos para comenzar a pasar de la democracia de papel a la democracia efectiva?. Yo pensaría que primero hay que dar un manotazo en la mesa para que sepan los demás que se está hablando en serio. Por eso  la reforma política debe traer, aparte de las candidaturas ciudadanas, los demás artilugios para que se conforme la base democrática mínima que se requiere. Entre esos artilugios, sin duda aparece la revocación del mandato. Recuerdo a AMLO haciendo encuestas cada dos años para continuar como jefe de gobierno. Las cosas coincidieron con la azonada de Fox en su contra y el referendum de revocación paso a ser un trámite sin mayor interés. 

Mala o buena ha sido la única experiencia en ese sentido. Muchos hablan de la reelección como una renovación de la confianza popular, pero ese es otro tema igualmente escabrozo. Miren nada más habría que ir comenzando por romper paradigmas. Porque no hacer la presidencia de la república de cuatro años con una posible reelección de otros cuatro como en Estados Unidos. ¿Porque se eligen a presidentes municipales, delegado y diputados, sólo por tres años y no por seis? Creo que se han discutido muchas aristas del tema pero poco se han tocado el asunto de la duración de períodos electorales. Y es que cada tres años estamos en elecciones y es un merequetengue de nunca acabar. Los políticos no pueden (y tal vez no quieran) mirar a largo plazo, debido a la coyuntura de las elecciones traslapadas eternamente. Entonces, sería sano empatar nuestros calendarios con los Estados Unidos. Cuando menos allá se detecta más avance. ¿Ustedes, que dicen? Así a la gringa. ¿Qué no?