El Engaño

No había oportunidad perdida para él, sabía aprovechar las señales que recibía de la contraparte. Mantenía dos relaciones "serias" con sendas novias, pero además se daba tiempo para tener alguna que otra aventura, ya sea de viaje o en la misma ciudad. El arreglo era simple a una le decía que los domingos eran sagrados para pasarla en familia y que prefería dedicarle los sábados. A la otra le decía lo mismo, sólo que los domingos eran para ella.

A veces tenía ataques de conciencia y presentía que no era sano ni moral el engaño en que vivían su novias. A las dos las quería bastante, hacía circo maroma y teatro para poder estar con ellas, darles gusto en lo que le pedían y aún así sentirse plenamente satisfecho. Despúes de tres años y medio, al parecer se encontraba exhausto, de correr de un lado a otro, de mentir, del engaño.

Conoció una nueva chica, que le robó la atención, el sueño y muchas otras cosas más. Pero tenía un problema, ella tenía novio. Así que hizo alarde de paciencia y como el persevera alcanza, logró que ella terminará con el novio y anduviera del tingo al tango con él. En el inter terminó con las dos relaciones anteriores.

Pasaron los años y por azahares del destino conoció la verdad sobre aquellos hechos. Tuvo conocimiento que las otroras novias, no sólo se conocían, sino que mantenían comunicación. Tenían una especie de pacto y esperaban cada una por su parte, que él dejara a la otra para quedarse con sólo una de ellas. Se enteró de que tuvieron varias confrontaciones y que una de ellas incluso había amenazado de muerte a la otra.

Toda su perspectiva sobre la vida, es decir sobre su vida cambiaron a partir de aquella revelación. Dejó de sentirse culpable por un engaño que nunca fue y desilusionado de habilidades que nunca tuvo, dicen que empezó su madurez.