La Maldición

Fué en los ochentas, entonces era yo más joven. En mi segundo trabajo caí en un  despacho propiedad de un ex-funcionario por recomendación de uno de los profesores de la Facultad. Tenía enjundia, ganas de destacar, ganas de agradar. En cualquier oportunidad que tenía me expresaba, trataba de intercambiar ideas con mi nuevo patrón, un señor muy avesado en cuestiones de la grilla, conocía a medio mundo o cuando menos eso parecía. En una comida donde estábamos todos los del despacho, ya con cierta confianza me atreví a disertar sobre la personalidad de ciertas personas públicas: secretarios de estado, directores de paraestatales. Mis juicios eran fundados, ofrecía datos, argumentos. Al día siguiente fuí llamado a la dirección general, sospeché que por fin se habían dado cuenta de mi talento político, de mis habilidades como gran guía que comprende las rugosidades del terreno, la violencia de los vientos, la verdad del infinito. (?).

Entonces vino la maldición ...

MI patrón me recibió amablemente, me ofreció café. Acepté. Me preguntó como estaba, como me sentía en el trabajo, etc. etc. No cabía duda de que había captado su atención. Me felicitó por los avances de mis proyectos y me pidió que no bajara la guardia en mi trabajo. Finalmente pronunció esas palabras que cayeron sobre mí como una losa.  Me dijo amablemente: Usted Ingeniero, no tiene vocación para ser político.

No podía creer lo que estaba escuchando, esperé por una explicación, mis ojos buscaron su mirada. Con el mismo tono amable sentenció: Usted dice lo que piensa, los políticos por el contrario dicen lo que los otros esperan escuchar. Usted es ... como decirlo ... muy honrado, muy sincero ... ¿Me entiende?

Desde entonces supe que la maldición había caido sobre mí, como una leyenda bíblica. Para bien y para mal.

Bueno cuando menos supe a tiempo que no tenía vocación para ser el visionario que la patria sigue esperando ...

Y ustedes, tienen vocación?

Les deseo una semana de logros y con mucha felicidad ...

Aquí la energetizante Grace Potter & The Nocturnals