TV Chilanga

Existe una larga tradición en México de la Televisión Pública, desde los años en que existía IMEVISION o antes con el canal 13, donde había programas musicales para nostálgicos con Jorge Saldaña, programas culturales, películas y hasta caricaturas. En esa historia se inscribe el canal del IPN o sea el canal Once. 

Habría que mirar que pasa en otros países donde la televisión pública llena los huecos que deja la televisión comercial y completa la oferta que requiere el televidente, ya que hay programas que no son rentables para la televisión privada. No me imagino ver a Cristina Pacheco con su multipremiado programa "Aquí nos tocó vivir" en la pauta del canal de las estrellas. Existen experiencias muy éxitosas en Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. 

En nuestro país existen varias televisoras o canales a cargo de gobiernos estatales que mal que bien cubren aspectos de interés regional. No, no se trata de eliminar a la televisión privada, más bien de complementarla. Aún con las limitaciones que impone el medio de la televisión pública, se ha visto que inclusive pueden ser rentables a través de la publicidad y traer programas de otras latitudes que sean del interés. En fin, les puedo platicar acerca de algunos programas que me gustan de este tipo: La Dichosa Palabra, Aquí nos toco vivir, La Ruta del Sabor, El Tímpano, Primer Plano, entre otros. Pero en la historia existen un bonche de programas de gratos recuerdos. Un caso raro, pero que me acabo de acordar, un programa con Sergio Romano como conductor que a final de los años setentas y principios de los ochenta no me perdía por nada. Un programa de muy bajo costo, donde el locutor platicaba temas de interés general y ponía discos (de vinilo) para ser escuchados por la audiencia, con la simple imagen de un disco dando vueltas en la tornamesa, el programa se llamaba "En mangas de camisa".

Podríamos platicar un largo rato de buenos programas transmitidos en canales públicos. El reto siempre es y ha sido que esa programación sea del público y no del gobierno. No hay nada más chafa que un canal gubernamental tipo soviético lleno de una sola visión de las cosas, como tampoco hay que aceptar que en nombre de la libertad de expresión nos receten el amarillismo trasnochado de Laura o de Carlos Loret.

¿A que viene esta charla?

Bueno, que los chilangos estamos de plácemes porque por fin y después de cinco años de esfuerzos del gobierno local, el Canal de la Ciudad de México por fin será una realidad. De acuerdo a lo que han dejado ver, la programación será un agazajo cultural para chicos y grandes. Cualquier alternativa debe ser bienvenida.

En el deporte del zapping (cambiar de canal mediante el control remoto), hemos visto mucha tele en México, de hecho en nuestro país se dedica mucho tiempo frente al televisor.

Adelante, por qué no platican sobre sus programas favoritos de la televisión pública. Claro, si es que tienen acceso a ello. Les suelto otra listita de programas que me gustaban: La Almohada, Cuentos con Eraclio Zepeda o con Sofía Alvarez, Sábados con Saldaña,  Luis Carbajo, Alta Tensión (videos de rock), La China Mendoza y un largo etcétera. No estaría mal que la TV-UNAM también extendiera su señal. Dicen que no hay mercado para los programas culturales, yo opino lo contrario, nada más hay que ver el éxito de canales que nos llegan de otras latitudes como el History Channel o el Discovery.

La caja idiota, a veces nos resulta inteligente. ¿No creen?

Saludos.