El Adiós de Steve Jobs

"La decisión de Steve Jobs de renunciar a su cargo como consejero delegado de Apple arroja dudas sobre su salud y supone el adiós a la escena pública de una figura icónica que transformó los hábitos de consumo de varias generaciones con productos como el iPod, el iPhone o el iPad".

Sería el año 81 cuando en la escuela corríamos nuestros primeros programas en un lenguaje llamado Fortran. Tenía uno que pasar primero a las máquinas perforadoras donde metía uno las tarjetas y tecleaba uno la primera línea o renglón del programa. Acto seguido bajaba una tarjeta por el dispositivo correspondiente y era perforada para que quedará habilitada para ser leída por la computadora. Tomaba un día poder concluir la totalidad de las tarjetas que se requerían para armar un programa, además había otros esperando su turno para hacer la misma labor.

Ya con el paquete de tarjetas perforadas en mano, se dirigía uno a la caja y pagaba uno cuatro pesos para obtener una "tarjeta de control"  que tenía una franja color naranja  y que permitía que nuestro programa tuviera cierto futuro. Todas las tarjetas ordenadas, con la tarjeta naranja eran atadas con una liga y entregadas en un mostrador a un dependiente que nos asignaba un número de atención. 

Pasaban entre 30 y 60 minutos para que la computadora arrojara algún resultado. Entonces nuestras tarjetas, junto con un listado, eran colocadas en un mueble grande con muchos compartimentos numerados. La cosa estaba fácil, sólo había que recordar el número que nos habían dado antes y buscar en el nicho correspondiente. Abríamos con cierta ansiedad el listado para ver el resultado de nuestra "corrida". ¡No, otra ves! El listado sólo traía una línea que decía parcamante: error de sintaxis en la línea 12. Le invertía uno mucho tiempo a una labor que ahora toma minutos. Un corrector de sintraxis en línea era cosa de pensar en el futuro. Así que no había que equivocarse.

Era una monserga, el asunto pero a la vez era un privilegio. Sólo unas cuantas instituciones contaban con semejante tecnología. Luego ya nos dejaban usar las terminales de la otra computadora que atendía a decenas de usuarios con la centesíma parte de la capacidad en memoria que tiene una computadora obsoleta que aún no me decido en donde la voy a tirar.

Sin duda las computadoras personales que se fueron inventando hicieron un cambio que ha acelerado otros cambios, en la educación, en el trabajo, en la sociedad. Luego vino la internet.

En este juego evolutivo dos personajes principales: Steve Jobs y Bill Gates. El primero con buena reputación, el segundo con el sello de la traición. Ahora que se retira Jobs, me viene a la memoria las primeras computadoras Macintosh que utilicé. Eran una maravilla. Bill Gates y esa tarugada que llamamos Windows, siempre fue a la zaga, pero en ventas superó a la marca de la manzanita.

Se han preguntado ¿por qué el sistema operativo Windows es tan propenso a sufrir ataques de virus, trojanos, gusanos y no cuanto "malware", en comparación con Mac? La respuesta está en la ética de sus creadores. Mientras Gates recibe el repudio y los pastelazos de los especialistas en cómputo, Jobs se retira con un prestigio que respaldará el juicio de la historia.

En la época de las tarjetas perforadas, adivinábamos lo que estaba por venir, pero la velocidad con que se dieron los acontecimientos no era predecible. Bueno, también me conseguí una novia en el proceso, ya que la espera para poder correr nuestros programas permitía también ese tipo de actividades. Qué cosas. ¿No?


Esas perforadoras ahora son cosas de paleontólogos ...


Igual que el hostess de este blog purpúreo ...


Recuerden que se puede perder todo, hasta la virginidad, pero nunca el sentido del humor ...


¿Y ustedes son de la generación smartphone, o también vienen de la época de las pinturas rupestres?