En esta última entrega del año, podríamos hacer un recuento de hechos importantes, que sin duda los hubo, sin embargo mucho me temo que pudiera parecer como dice la canción de Gloria Trevi : "Recuento de los Daños". Además lo importante es que seguimos enjundiosos y pizpiretos, faltaba más. Así que les propongo echar el resto, lo que nos falta echar. Debemos empezar el nuevo ciclo sin lastres. Entonces hagamos las tarugadas que no quisimos hacer por falta de lana o por falta de tiempo. Me refiero a tarugadas en el sentido mevalemadrezco del término, esas acciones con aires de adolescencia que a veces reprimimos por parecer adultos sin remedio. Como otras veces, se estarán preguntado: ¿Qué carajos nos trata de decir este wey?
En una ocasión el veterano rockero Bruce Springsteen sintió al inició de un concierto una mala vibra entre el público, así que paró la música y en tono retador les dijo a sus seguidores que había que comenzar por sacar aquello que les impedía gozar el evento a plenitud. Fue media hora de mentadas, gritos coléricos y comenzó una catarsis que permitió que el músico retomara el aire que decía le faltaba y ofrecer uno de los mejores conciertos que se le conoce.
Cuando menos yo, no pienso cargar para 2012 con los fantasmas del 2011, no hay persona que pueda acumular tanta cháchara. Así que voy a extender al menos dos perdones, tapar algunos baches personales y sobre todo olvidar la canija rutina en la que se mete uno de la chamba a la casa y de la casa a la chamba, cargando los pendientes de uno en la otra y viceversa. Dejaré entre otras cosas el miedo a viajar y que Dios disponga lo que mejor le venga en gana.
Todavía es tiempo de incluir olvidos en la lista de buenos propósitos. Tal vez mis palabras estén cargadas del tufo fiestero del fin de año, pero con plena conciencia de las horas que le faltan a este año, les digo: nos echamos la última y nos vamos.
Felicidades mil a blogueros y lectores asiduos.
Que el próximo año que se avecina venga como una página generosa donde podamos escribir los éxitos que deseamos. Que su familia esté con ustedes y ustedes con su familia en buenas condiciones. Y como decía un clásico, les deseo que los atropelle la felicidad y los haga pedazos la dicha.