Siempre digo que si se acaba el mundo, me voy a ir a Mérida. Y como no si es una de las regiones más tranquilas de la república, la gente no anda a las prisas, es franca, es abierta y hasta musical. Puedo decir que me gusta el bullicio de Veracruz, pero cuando de calma chicha se refiere, la blanca ciudad es el sitio donde parece que en muchas cosas el tiempo camina más despacio.
Unas viaje extraordinario a Mérida incluye gozar toda la península, ir un día a Progreso y Yukalpetén y gozar de la playa. El viaje en carretera hacía Celestún puede rayar entre lo genial y lo maravilloso, si quiere uno se puede trasladar a Cancún, pero créanme no es tan necesario, estando en Mérida se puede contar con todo. También desde ese punto se accede a sitios mágicos como Uxmal y Chichen Itza o pueblos con gran personalidad como Tizimín, la mejor opción es rentar un auto y encontrarse con viejas haciendas henequeras. ¡Y la comida! XD, estamos hablando de palabras mayores. Existen excelentes lugares para satisfacer nuestra gula tanto en la ciudad como en sus alrededores. Y algo muy importante, no es tan caro como otros lugares de moda en nuestro país.
¿Se les antoja?
Pues a mí sí. Ahora que ya vienen vacaciones, a lo mejor rompemos el cochinito y nos dejamos caer por ahí. Ustedes dirán, creo que este año ha sido muy lleno de avatares y nos merecemos unos días de solaz esparcimiento y que mejor que Mérida. No, nadie me ha ofrecido un puesto de promotor de turismo. Pero sería facilísimo realizar esa tarea y hasta la podría hacer gratis. Lo más importante de todo viaje es conocer a los lugareños y me perdonan, pero me disculpan, ahí los boshitos se llevan las palmas.
Es más ya estoy en Mérida, aunque sea con el pensamiento.
Saludos a tod@s.
UN PAJARITO VOLANDO
SE INTRODUJO EN UN CONVENTO
¡QUÉ CONTENTAS LAS MONJITAS
CON EL PAJARITO ADENTRO!
¡BOMBA!