Verdad del Osito Bimbo ...
Hace años cayó el Muro de Berlín y con ello terminó una larga guerra, fría sí, pero guerra al fin. Las ideologías dejaron de ser un lastre para millones de personas que se vieron enfrentadas a una nueva realidad. Nuevas reglas de convivencia hicieron posible un fenómeno económico y social en verdad trascendente: la globalización. Dicen que hay globalizadores y globalizados en este juego, o sea ganadores y perdedores. Sin embargo en México sufrimos lo peor de la globalización y no hemos todavía disfrutado sus beneficios.
La principal causa de lo anterior se debe a la existencia de monopolios. Por poner un ejemplo, en México se vende el cemento por arriba del precio en Estados Unidos. La razón es simple, las cementeras se ponen de acuerdo en los precios, o sea no hay libre competencia. Es más, cuando a alguien se le ocurrió importar cemento, su pedido se quedó parado en algún buque con algún pretexto burocrático. ¿Cuál globalización?
¿Quieren ver en otras áreas?
La asfixia de Mexicana de Aviación provocada deliberadamente trae como consecuencia menor oferta y mayores precios. Recuerden que ya se "echaron" a Aerocalifornia, Taesa y Aviacsa. ¿Eso es libre competencia?
Y el maíz, bueno lo importamos de Estados Unidos y la tortilla ya se controla en su gran mayoría por Maseca, otro monopolio. Y la política, bien gracias, secuestrada por unos partidos que sólo buscan mantener sus privilegios, la partidocracia también es un monopolio.
El 75% de los mexicanos se enteran de lo sucedido en el país y en el mundo a través de la televisión. Una sola cadena acapara un poco más de la mitad de la audiencia. No sólo a Slim le ha sido negado el ingreso al negocio de le televisión, también a otras empresas mexicanas y extranjeras. Hay de dos sopas o ves la basura de la tele abierta o tienes que pagar por tener acceso al Discovery Channel o a CNN para enterarte de lo que pasa en tu país. Parece que el Canal Once va a extender su cobertura, pero ese canal hace televisión con mínimos recursos. Las nuevas concesiones r.e.g.a.l.a.d.a.s a Televisa favorecen la concentración, no la competencia. La minería está igual, el autotransporte, las carretras, la producción lechera y un largo etcétera.
Los grandes empresarios, si esos que salen en CARAS, mantienen un temor a la palabra competencia. El Osito Bimbo ha comprado a otras empresa para finalmente quebrarlas y desaparecerlas, al gobierno le tiembla la mano para limitar la venta de sus productos en las escuelas. Los pequeños empresarios heróicos con la esperanza de poder pagar la quincena son ahogados por impuestos que otros (Jugos Del Valle, por ejemplo) no pagan. En todo este cuento, el Estado Mexicano no interviene, basta decir que los Organismos Reguladores (COFETEL, COFECO, etc.) están al servicio de quienes se supone deben regular. El gobierno al servicio de unos cuantos, no de los intereses de la mayoría de mexicanos.
Estados Unidos con Obama a la cabeza ha enfrentado la crisis permitiendo la quiebra de las empresas, sin rescates ventajosos para unos cuantos privilegiados. Allí no hay Fobaproa que hace más holgazana a la banca, allí el Estado presta a cambio de acciones. General Motors no quebró pero ahora el gobierno es accionista y cuando las cosas mejoren podrá vender a un mejor precio, los contribuyentes no perderán. Eso era impensable para muchos que se aferran al neoliberalismo. El comunismo ya derribó su muro, los norteamericanos ya hicieron lo propio y nosotros ¿Cuándo?
Hace años cayó el Muro de Berlín y con ello terminó una larga guerra, fría sí, pero guerra al fin. Las ideologías dejaron de ser un lastre para millones de personas que se vieron enfrentadas a una nueva realidad. Nuevas reglas de convivencia hicieron posible un fenómeno económico y social en verdad trascendente: la globalización. Dicen que hay globalizadores y globalizados en este juego, o sea ganadores y perdedores. Sin embargo en México sufrimos lo peor de la globalización y no hemos todavía disfrutado sus beneficios.
La principal causa de lo anterior se debe a la existencia de monopolios. Por poner un ejemplo, en México se vende el cemento por arriba del precio en Estados Unidos. La razón es simple, las cementeras se ponen de acuerdo en los precios, o sea no hay libre competencia. Es más, cuando a alguien se le ocurrió importar cemento, su pedido se quedó parado en algún buque con algún pretexto burocrático. ¿Cuál globalización?
¿Quieren ver en otras áreas?
La asfixia de Mexicana de Aviación provocada deliberadamente trae como consecuencia menor oferta y mayores precios. Recuerden que ya se "echaron" a Aerocalifornia, Taesa y Aviacsa. ¿Eso es libre competencia?
Y el maíz, bueno lo importamos de Estados Unidos y la tortilla ya se controla en su gran mayoría por Maseca, otro monopolio. Y la política, bien gracias, secuestrada por unos partidos que sólo buscan mantener sus privilegios, la partidocracia también es un monopolio.
El 75% de los mexicanos se enteran de lo sucedido en el país y en el mundo a través de la televisión. Una sola cadena acapara un poco más de la mitad de la audiencia. No sólo a Slim le ha sido negado el ingreso al negocio de le televisión, también a otras empresas mexicanas y extranjeras. Hay de dos sopas o ves la basura de la tele abierta o tienes que pagar por tener acceso al Discovery Channel o a CNN para enterarte de lo que pasa en tu país. Parece que el Canal Once va a extender su cobertura, pero ese canal hace televisión con mínimos recursos. Las nuevas concesiones r.e.g.a.l.a.d.a.s a Televisa favorecen la concentración, no la competencia. La minería está igual, el autotransporte, las carretras, la producción lechera y un largo etcétera.
Los grandes empresarios, si esos que salen en CARAS, mantienen un temor a la palabra competencia. El Osito Bimbo ha comprado a otras empresa para finalmente quebrarlas y desaparecerlas, al gobierno le tiembla la mano para limitar la venta de sus productos en las escuelas. Los pequeños empresarios heróicos con la esperanza de poder pagar la quincena son ahogados por impuestos que otros (Jugos Del Valle, por ejemplo) no pagan. En todo este cuento, el Estado Mexicano no interviene, basta decir que los Organismos Reguladores (COFETEL, COFECO, etc.) están al servicio de quienes se supone deben regular. El gobierno al servicio de unos cuantos, no de los intereses de la mayoría de mexicanos.
Estados Unidos con Obama a la cabeza ha enfrentado la crisis permitiendo la quiebra de las empresas, sin rescates ventajosos para unos cuantos privilegiados. Allí no hay Fobaproa que hace más holgazana a la banca, allí el Estado presta a cambio de acciones. General Motors no quebró pero ahora el gobierno es accionista y cuando las cosas mejoren podrá vender a un mejor precio, los contribuyentes no perderán. Eso era impensable para muchos que se aferran al neoliberalismo. El comunismo ya derribó su muro, los norteamericanos ya hicieron lo propio y nosotros ¿Cuándo?